
A
través de las ponencias se puso una vez más de manifiesto que el Sistema
Educativo no puede ni debe mantenerse al margen del conocimiento
neurocientífico, ya que todo lo que aprendemos transforma nuestro cerebro.
En
base a este argumento la innovación educativa se presenta como una gran opción
para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Innovación basada en
metodologías activas que valoren el importante papel que juegan la curiosidad y
las emociones del alumnado en la
adquisición de nuevos conocimientos.
Si no hay una sola forma de aprender, no puede
haber una sola forma de enseñar. La inclusión es un derecho humano. La clase es
mejor neurodiversa porque la realidad es neurodiversa. Como docentes tenemos que ser
valientes y salir de la zona de confort que nos permiten los sistemas metodológicos
tradicionales y aportar por metodologías activas que permitan atender la
diversidad del alumnado y lograr en
definitivas que todos mejoren.
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