
Tan sencillo como una mesa y dos sillas en las que voluntariamente los niños se sentaban de dos en dos, uno frente al otro y respetando el turno de palabra resolvían cualquier conflicto que tuvieran entre sí o simplemente se decían cosas positivas de cada uno. Al finalizar, y como muestra de cariño se daban un abrazo.
Las mesas de la Paz son una potente herramienta tanto para ayudar a los niños a desarrollar sus habilidades sociales en la resolución de conflictos como para aumentar y favorecer su autoestima sintiéndose mejor. Su uso facilita el aprovechamiento de cada situación para explorar y explotar la inteligencia emocional de los niños.
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